jueves, 15 de enero de 2015

"A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco"


Probablemente muchísimos de vosotros hayáis leído/visto/escuchado este texto por ahí. Hayáis visto frases sueltas en estados de Facebook, en fotos de Instagram, o incluso en varios tweets. Probablemente lo tendréis apuntado, probablemente no os guste y probablemente os encante. Este es mi caso. No me canso nunca de leerlo, y no podía dejar de compartirlo a pesar de que muchos de vosotros ya lo conozcáis. Me imagino un día, dentro de varios años (y cuando haya caído en el olvido), metiéndome aquí y recordándolo. El caso es que probablemente os parezca ñoño o demasiado cursi, no os digo que no. Pero no sé si es el hecho de la belleza de las palabras, tanto todas juntas como separadas, el cómo te hace sentir o qué; que me alegro de que un día una persona decidiera enfrentarse a un papel y conseguir esto. Espero que os guste, y por si sois un poco vaguetes, os dejo también el vídeo.

Si todos los caminos llevan a Roma, ¿cómo se sale de Roma? A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco. Mi abuelo siempre decía, que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque en cierto modo perdamos entre pantallas el valor de las miradas; olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos esta regalando lo único que no recuperará jamás. Y es que la vida son momentos ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana, mañana no lo sé. Así que quería decirte que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve a por ello sin mirar atrás, mirando al miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro; ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella.
Así que no se que será de mi mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, y los amigos, son la familia que elegimos y yo te elijo a ti. Te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja; y apuesto fuerte por todos estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así porque sí, sin venir a cuento ni tener por qué celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta, de que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Que tu has hecho infinito mi límite. Así que te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse con un millón de tsunamis.
Así que no, no se dónde estaremos dentro de 10 años, ni se como se sale de Roma. No te puedo asegurar nada. Pero te prometo que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, y por eso, mi luna va a estar siempre contigo. Porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida. Y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.


Nosotros nos leemos pronto,

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