lunes, 28 de julio de 2014

Viaje a Inglaterra II (y final)

¡Buenos días! Ya estoy de vuelta en casa y con más energía que nunca (bueno, todavía no del todo, pero en cuanto duerma un poco más, seguro que sí..!). Lo primero de todo quería pediros perdón por haber actualizado solamente una vez mientras he estado allí. Tenía pensado escribir más, pero espero que entendáis que me ha sido imposible (llegaba muerta a la habitación por la noche y por la mañana tocaba madrugar... no tenía ni cinco minutos..!). Pero bueno, deciros que a partir de hoy ya me pongo en serio como antes.
Hoy he pensado en contaros cómo ha sido este viaje y la experiencia que me llevo. Aunque en el post anterior ya os conté bastante, ahora que he vuelto y ya se ha terminado puedo hacer una valoración general, y me gustaría compartirla con vosotros. El único problema es que no puedo poner fotos porque todavía están todas en el móvil y tengo que pasarlas al ordenador, retocarlas... En fin, que me da muchísima pereza (aunque acabaré haciéndolo, algún día espero no muy lejano...). Pero bueno, aunque no tenga fotos ya os puse algunas en el post anterior y algún día subiré las demás ;).
Bueno, pues empiezo la historia desde el primer día...
El día 6 de julio salimos de casa por la mañana, ya que teníamos que estar en el aeropuerto sobre las 11. Tras un viaje larguísimo y matador en el que tuvimos que hacer escala en Amsterdam y esperar varias horas en el aeropuerto, llegamos a nuestro destino a eso de las 11.30 de la noche. Ese día como supondréis fue ver la cama y fue un "aquí te pillo aquí te mato", porque caí totalmente rendida (taaaan cansada estaba que no deshice ni la maleta). Al día siguiente, nos tuvimos que levantar a las 7:15 de la mañana para ir a la escuela a desayunar. Nosotras dormíamos en una residencia de estudiantes pero las clases, las comidas y actividades las hacíamos en una escuela de la organización que estaba a unos 20 minutos andando de la residencia (vamos, que hemos hecho piernas...). El caso es que nos levantábamos todos los días a las 7:45 (síiii, conseguimos poder dormir media hora más!) y teníamos 20 minutos andando. Cuando llegábamos íbamos directamente a desayunar. Todas las comidas eran bufet, es decir, podíamos elegir lo que queríamos comer (normalmente había tres platos calientes para elegir: dos con carne y uno vegetariano, y luego siempre había guarniciones como arroz, ensalada, puré de patata...). El desayuno también estaba bastante bien: había bollos, cruasanes, tostadas, cereales, fruta, nutella (bendita ella)... Aunque no tenían nesquick ni cola cao ni  nada de eso (y nosotras que somos muy listas y que no soportamos la leche sola,  nos compramos una bolsa de 2 kg de nesquick en un super y con ella que íbamos todos los días).
Después de desayunar íbamos directamente a clase en la misma escuela. El primer día nos hicieron una prueba de nivel para hacer las clases, y nos daban también un libro depende del nivel. Las clases estaban muy bien porque no eran las típicas de "te meto gramática hasta que te salga por las orejas", sino que hablábamos mucho y eran cosas más entretenidas a la par que necesarias (cada día nos tocaba un tema diferente y hacíamos actividades sobre ello. Por ejemplo, un día nos tocó hablar de universidades y nos explicaron el sistema educativo inglés, aprendimos a escribir una carta de entrada en la universidad... en fin, cosas más necesarias que estar haciendo ejercicios todo el día). Además, yo era la única española de mi clase, así que tuve que utilizar el inglés para todo, por lo que aprendí bastante más. Las clases empezaban a las nueve de la mañana y teníamos una hora y media hasta el recreo, después del cual teníamos otros cuarenta y cinco minutos. Había dos tipos de cursos (general e intensivo) que se diferenciaban en el tiempo de clases: si cogías el general a las 11:45 habías acabado y si cogías el intensivo tenías clase hasta las 12:30). Después de eso teníamos la asamblea (es decir, que nos juntábamos todos en una sala común y los monitores hablaban con nosotros unos cinco minutos de cosas generales) y cuando terminaba, la comida. Esta también era tipo bufet, y aunque podías elegir y tal, creo que no ha sido lo mejor del campamento (me he pasado tres semanas comiendo pollo básicamente...). Aunque bueno, después de comer había actividades voluntarias o sino podías irte y tener la tarde libre, así que siempre acabábamos comprándonos algo de comer por ahí.
Como ya he dicho, por las tardes había diferentes actividades que eran voluntarias (solo ibas si querías), y sino firmabas un papel y te dejaban salir en grupos de mínimo tres personas. Nosotras fuimos a algunas actividades como volleyball y cosas así en la playa, aunque como supondréis la mayor parte de los días nos fuimos de pindongueo a la playa o al centro con los amigos.
La verdad es que otra cosa no, pero amigos me llevo unos cuantos. Había ni más ni menos que 12 nacionalidades (españoles, alemanes, franceses, italianos, holandeses, rusos, bielorusos, suizos, polacos, finlandeses, kazajistanes y afganistanes), así que parecía la onu eso jajaja. La verdad es que con los que más congeniamos fue con los franceses, alemanes y una chica italiana (y con los demás españoles, por supuesto). Aunque luego todos nos llevábamos bien y hacíamos fiestas juntos, fue con ellos con los que mejor nos llevábamos y con los que más tiempo pasamos.
Aunque nosotras estuvimos tres semanas, la mayor parte de la gente estuvo solo dos, así que tuvimos que pasar por varias despedidas (y eso que no me gustan nada). El segundo fin de semana tuvimos que decir adiós a la mayor parte del campamento (españoles, italianos, alemanes), y nos quedamos un poco plof. Aunque después de eso pensábamos que la tercera semana iba a ser la peor porque no se quedaban, finalmente superó nuestras expectativas (que no quiero decir que no les echara de menos eh, eso siempre). Se quedaron el grupo de franceses con los que íbamos y un grupo de alemanes con el que nos acabamos llevando muy bien. No puedo decir que fuera la mejor semana de las tres porque las tres han sido espectaculares, geniales; pero sí que me sorprendió porque muchas esperanzas no tenía. Así que aunque no creo que nadie de los aludidos lo lea, solo puedo daros las gracias una vez más por todo.
Y bueno, llegamos a la parte triste de la historia. Después de estas tres increíbles semanas, tocaba decir adiós. El día 26  nos despertábamos pronto porque había que dejar la habitación antes de las 8 de la mañana, y para despedir a los franceses que se iban a menos cuarto. Nunca me han gustado las despedidas, así que lo pasé fatal. Después de que ellos se fueran, nosotras fuimos las siguientes. A las 9:30 venía un autobús para recogernos y llevarnos al aeropuerto (que qué lioso es, por cierto). Nos despedimos de los alemanes y de la gente que quedaba, y finalmente nos marchamos con destino Madrid. Llegamos al aeropuerto después de tres horas de autobús y finalmente conseguimos llegar a la terminal 4 y coger el avión dirección Ámsterdam, y después desde aquí dirección Madrid (que llegamos a las 23:30).
Aunque tenía muchísimas ganas de ver a mi familia y de comer la comida de casa (que por cierto, mis padres me llevaron un bocadillo de tortilla y jamón y galletas oreo que me supieron a gloria), yo me habría quedado más tiempo. Han sido tres semanas increíbles, geniales, que repetiría desde el minuto uno. Me llevo un montón de recuerdos bonitos y un montón de personas, desde monitores hasta compañeros, a los que nunca voy a olvidar. Pero bueno, alguien me dijo una vez que a una persona que te cae bien siempre se la ve al menos dos veces en la vida, así que espero que así sea. De momento, me voy apuntando destinos pendientes de viajes para hacer alguna que otra visita... ;)
Gracias a todos los que habéis hecho posible este campamento.
Y a vosotros por leerme, también.
Muchos besos y hasta la próxima entrada,

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